1. ¿Cómo surge el proyecto Mi Copa No Se Toca?

El Proyecto empieza con May & Gema, fundadoras de este grandioso proyecto que vivieron de primera mano situaciones con sumisión química y que, siendo ahora madres de adolescentes, ven como aumenta su preocupación y la necesidad de por poner soluciones que no existían en España. Su principal iniciativa está creada con el objetivo de combatir la Sumisión Química, una problemática (que va en aumento) por desgracia afectando a muchísimas personas, especialmente a jóvenes y mujeres, pero que cada vez se utiliza más para cualquier tipo de persona y en cualquier situación.

Somos pioneras en España en introducir tapavasos unido a formación, concienciación y soluciones, con un protocolo claro de actuación. Nuestro proyecto se basa en CONCIENCIAR, BLINDAR a los agresores la facilidad con la que actúan y PROTEGER las bebidas con unos TAPAVASOS de alta calidad, reutilizables, resistentes, impermeables, fáciles de utilizar y llevar, evitando que puedan añadir sustancias tóxicas, tanto sólidas como líquidas.

El conocimiento es poder y conscientes de la desinformación y mitos que envuelven esta problemática, hemos creado un programa de conferencias, cursos y talleres educativos, muy amenos y participativos destinados a EMPODERAR con una información veraz y práctica. Nuestro COMPROMISO va más allá de los productos y servicios que ofrecemos; se extiende a la creación de una Cultura de Ocio seguro, respetuoso y consciente.

2. La violencia sexual por sumisión química puede aumentar el sentimiento de incertidumbre e inseguridad, dado que no son plenamente conscientes de lo sufrido, hay lagunas, incluso a veces no recuerdan con claridad los hechos. Proyectos como Mi copa No Se Toca, se centran mucho en la parte preventiva, en el antes, en la protección y en facilitar a posibles víctimas un mayor control. Pero, ¿cómo crees que se puede extender el mensaje de la prevención a la población en general?

La violencia sexual por sumisión química (1 de cada 3 casos) es un tema delicado y complejo que genera mucha incertidumbre y miedo. Tu pregunta acerca de cómo extender el mensaje de prevención es crucial. Hay muchas maneras de extender el mensaje de prevención a toda la población en general; hay que seguir trabajando en ello y para ello tenemos que seguir colaborando con asociaciones de mujeres, centros de salud, bares, discotecas, farmacias e instituciones para llegar a un público más amplio y diverso.

También es importante empezar desde instituciones educativas, impartiendo charlas en escuelas, institutos y universidades para concientizar a jóvenes y adolescentes, sobre todo para no centrarse en las víctimas, sino que sean conscientes de que es un delito y que no sentimos miedo. Hay que desarrollar guías con consejos claros y concisos sobre cómo prevenir la sumisión química, para lo cual hemos desarrollado un protocolo de actuación a nivel europeo que estamos difundiendo en España con mucho éxito. Organizar talleres y charlas abiertas al público para abordar el tema de manera más profunda y realizar simulaciones de situaciones de riesgo para que las personas puedan identificar las señales de alerta.

Hay que ayudar al empoderamiento de las víctimas con grupos de apoyo y crear espacios seguros donde las víctimas puedan compartir sus experiencias y recibir apoyo tanto psicológico como de fuerzas y seguridad del estado, además de sanitarios, no culpabilizando a la víctima ni haciendo sentir dudas y desconfianza. Hay que compartir testimonios anónimos (o dando un paso más, poniendo cara y voz) para visibilizar la problemática y romper el silencio, sobre todo haciendo énfasis en la concienciación y prevención porque es la clave para evitar situaciones de riesgo, sin olvidarnos del entorno más cercano, pues se está perdiendo esa parte de unión y socorro de los amigos más cercanos, hacer piña.

3.¿Crees que existe una mayor conciencia social sobre este tipo de violencia sexual? ¿Persiste aún la culpabilización a la víctima por salir y divertirse?

Sí, hay indicios de una mayor conciencia social sobre la violencia sexual. Cada vez más personas están hablando abiertamente del tema, sobre todo en redes sociales, denunciando y buscando ayuda, aunque todavía los datos estadísticos no son reales ya que seguimos sin contar estos hechos con facilidad.

La culpabilización de la víctima aún persiste. La conciencia crece, pero la culpa sigue; es importante educar sobre el consentimiento y afianzar la necesidad de denunciar sin sentirse culpable, ni alargar en el tiempo las declaraciones, juicios, esperas, etc. Aunque cada vez más personas reconocen la violencia sexual como un crimen y no como algo “que pasa”, la culpabilización de la víctima sigue siendo un lastre.

Es fundamental entender que nadie merece ser violentado, sin importar lo que lleve puesto, la hora que sea, dónde esté o cualquier situación. La cultura de la violación, que asigna la culpa a la víctima, debe ser erradicada. Los medios de comunicación y redes sociales han sido un espacio importante para visibilizar estas situaciones, pero aún queda mucho por hacer en términos de educación y prevención.

4. Manipular la voluntad de una persona a través de sustancias como el alcohol u otro tipo de drogas es un delito. Se puede utilizar para abusar de una persona, para robar, extorsionar… El mensaje se sigue lanzando a las mujeres porque corresponde al perfil mayoritario de las víctimas, pero ¿crees que los chicos pueden ser vulnerables también en este sentido?

Absolutamente, los chicos también son víctimas de manipulación a través de sustancias, tanto la sumisión química proactiva como la oportunista. Si bien es cierto que las estadísticas suelen mostrar a las mujeres como el grupo más afectado, cada vez son más hombres los que cuentan esta realidad y se animan a denunciar.

Varios factores pueden explicar por qué los hombres suelen ser menos reportados como víctimas por estigma social ,existe una presión social para que los hombres sean fuertes y autosuficientes, lo que puede llevar a muchos a ocultar experiencias de victimización por miedo a ser juzgados. Falta de conciencia, a menudo, se subestima la vulnerabilidad de los hombres ante este tipo de delitos, lo que dificulta la identificación y denuncia de casos.

En algunas situaciones, los roles de género tradicionales pueden perpetuar la idea de que los hombres son los agresores y no las víctimas. Pero es importante recordar que la sumisión química no discrimina y puede afectar a cualquier persona, independientemente de su género, edad, orientación sexual o cualquier otra característica. Las consecuencias son graves ( incluso la muerte ) y las víctimas de manipulación a través de sustancias pueden sufrir daños físicos, emocionales y psicológicos a largo plazo. La prevención es clave para educar a niños y adolescentes sobre los riesgos del consumo de sustancias y las técnicas de manipulación en momentos de ocio, es fundamental para protegerlos, en resumen, la manipulación a través de sustancias químicas es un problema que afecta a ambos géneros y a todas las edades. Es crucial derribar los estereotiposfomentando una cultura de respeto y empatía para que todas las víctimas se sientan seguras de denunciar y buscar ayuda.

5. En tiempos donde la cultura del consentimiento se impone como un valor fundamental para las relaciones, incluido las relaciones sin compromiso romántico, ¿qué valor o novedades aporta socialmente tu proyecto para sensibilizar y prevenir?

Nuestro proyecto ‘MI COPA NO SE TOCA’ aporta un valor significativo a la sociedad al fomentar la cultura del consentimiento y la seguridad personal. Nuestros talleres y formaciones están diseñados para educar a todos los públicos sobre la importancia del consentimiento, proporcionando conocimientos esenciales para prevenir situaciones de vulnerabilidad y promover el respeto en las interacciones personales. Además, nuestros tapa vasos ecológicos, que están disponibles para el público en general, son prácticos para avisar a os agresores que ese no es el camino, protegerse y sentirse más seguros en entornos sociales y de ocio. Al sensibilizar sobre estos temas críticos, no solo empoderamos a los individuos, sino que también contribuimos a crear comunidades más seguras y respetuosas. Es un esfuerzo integral que busca cambiar actitudes y comportamientos para prevenir situaciones de riesgo y establecer un estándar de respeto y consideración en la comunidad.

6. ¿Has vivido tú también esa ambivalencia y falta de compromiso por las instituciones?

Algunas instituciones podrían no querer poner el foco en la víctima, cosa que desde el principio de este proyecto nos esforzamos en ponerlo en los agresores ya que nosotras lo hemos sufrido y sabemos en primera persona como atajarlo desde la raíz, aunque somos conscientes del tiempo que se necesita para concienciar desde las nuevas generaciones.Las instituciones públicas pueden ser más reticentes a invertir en recursos como los tapa vasos, formaciones o talleres quizás por presupuesto limitado para estas acciones, a menudo tienen presupuestos limitados y deben priorizar sus gastos, también la falta de conocimiento y es posible que algunas personas dentro de estas instituciones, no estén completamente informadas sobre la importancia de la prevención de la violencia sexual o no vean el valor de los tapavasos como herramienta de prevención, tampoco conocen otros productos o servicios salvo los que utilizan habitualmente, por lo que cada vez que les presentamos en proyecto, no tenemos prácticamente negativas a ponerlo en marcha, pues es aire nuevo para poder concienciar y eso en la mayoría de los casos les encanta.Creo también en la presión para obtener resultados a corto plazo, las instituciones a menudo se enfrentan a presiones para mostrar resultados tangibles a corto plazo, lo que puede llevar a que se prioricen proyectos que son más medibles.La falta de coordinación, en algunos casos y el paso por las diferentes áreas con las diversas autorizaciones necesarias, también es un hándicap, ya que puede haber una falta de coordinación entre diferentes departamentos dentro de una misma institución, lo que dificulta la implementación de programas de prevención.A pesar de estos desafíos, es importante destacar el valor de iniciativas como MUJOMUR. Los tapavasos patentados, son una herramienta creativa y efectiva para sensibilizar sobre la violencia sexual por sumisión química y promover un entorno más seguro. Al continuar abogando por la concienciación y prevención demostrando el impacto de sus programas, MI COPA NO SE TOCA está ayudando a cambiar las actitudes y las políticas a nivel local y nacional.

7.Por último, ¿qué estigma crees que afecta más a la víctimas de violencia sexual? ¿Qué mensaje se puede lanzar a su entorno para evitar que esto se retroalimente y afecte más a la salud de las víctimas?

Los estigmas más comunes en víctimas de violencia sexual es la culpa, muchas víctimas sienten culpa por lo ocurrido, creyendo que pudieron hacer algo para evitarlo. La vergüenza y el miedo al juicio social les lleva a ocultar lo sucedido y a aislarse. La Desconfianza y la dificultad para confiar en los demás, incluyendo profesionales y seres queridos. Creo que el Mensaje para el entorno es creer a las víctimas, es fundamental creer en sus relatos sin cuestionamientos evitando cualquier tipo de culpabilización, ya que esto retrasa tanto el proceso como la recuperación. Hay que ofrecer apoyo y brindar un entorno seguro y comprensivo, sin juzgar ni criticar y muy importante, informarse y conocer la violencia sexual y sus consecuencias, ayuda a comprender mejor a las víctimas. Consideramos imprescindible buscar ayuda profesional y animar a las víctimas a denunciar.

MENSAJE PARA LA VÍCTIMAS :

* No estás sola: Muchas personas han pasado por lo mismo y hay ayuda disponible.

* No es tu culpa: La violencia sexual nunca es culpa de la víctima.

* Mereces ayuda: Buscar ayuda es una muestra de fortaleza, no de debilidad.

Y Recuerda:

* La violencia sexual es un delito y las víctimas no deben sentir vergüenza.

* La recuperación es posible con el apoyo adecuado.

Hay Recursos , líneas de ayuda especializadas, terapia psicológica y grupos de apoyo, así como formación,

cada vez más especializada, a técnicos de instituciones públicas, sanitarios y fuerzas de seguridad del estado.

Comparte!